1º El descanso: la fatiga y el afán por el trabajo y otras ocupaciones, ofusca el criterio de lo verdadero y lo justo. Las vacaciones son un periodo útil para reponer fuerzas físicas, psíquicas y espirituales que posibiliten un cambio en los aspectos de la vida que lo requieran.
2º La reflexión: hay que buscar espacio y tiempo para pensar en uno mismo. No tengas miedo de reencontrarte contigo y vencer la superficialidad que produce el ajetreo de la vida ordinaria. Para ello, no olvides los Evangelios que te ayudarán.
3º La alegre serenidad: las diversiones distraen, los viajes alejan momentáneamente los problemas. Pero la alegría permanente brota de tener la “casa interior” en orden. Las vacaciones son un tiempo privilegiado para una “puesta a punto”.
4º La familia: en una sociedad donde trabaja el padre y la madre fuera del hogar, los hijos gozan poco de sus progenitores. El periodo vacacional puede estrechar mucho más los lazos familiares, crecer en comunicación entre sus miembros y ayudar a aquel que más lo necesite.
5º La amistad: las relaciones entre los amigos necesitan su tiempo. Las vacaciones son un momento propicio para acercar amistades, reparar olvidos, subsanar malos entendidos, visitar al amigo enfermo y dedicar horas a disfrutar de las buenas compañías
6º Redescubrir la belleza de la fe: las vacaciones no se reduce a “campo, mar o montaña”. Hay que saber captar la hermosura de las obras humanas que nos legaron nuestros mayores. Este tiempo de asueto se puede gastar en cultivar la sensibilidad hacia nuestro patrimonio histórico, artístico, cultural y religioso que son expresiones de la vida de nuestros antepasados.
7º El silencio: en él logramos percibir las voces más significativas para nuestra realización personal. Quienes aprecian el silencio se convierten en “maestros” del escuchar y comunicar.
8º La oración: tan escasa por las múltiples ocupaciones, es ahora un momento para mayor comunicación con el Señor y recibir de Él la fuerza y el estímulo para nuestro camino diario.
9º La creación: en la época vacacional muchas personas tienen más oportunidad de contemplar y valorar el hermoso espectáculo que cada día nos ofrece gratuitamente la madre naturaleza donde está tan palpable la huella del Creador.
10º La solidaridad: en vacaciones nunca se debe olvidar el amor a los pobres. Ello se manifiesta en el austeridad en gasto y en el compartir, cuidando y dando compañía a los mayores, apoyando interesantes actividades sociales y pastorales en zonas.
Por: Ms. Juan del Río Martín, Arzobispo Castrense de España
Vía | SIC