Acerca de la libertad religiosa y del papel que un creyente puede jugar en la vida pública, me parecen muy interesantes estas palabras al final del mensaje: “Es inconcebible, por tanto, que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos –su fe– para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos”.
Un comentario
Acerca de la libertad religiosa y del papel que un creyente puede jugar en la vida pública, me parecen muy interesantes estas palabras al final del mensaje: “Es inconcebible, por tanto, que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos –su fe– para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos”.